Bossa Buenos Aires: bailando a ciegas

Ana Carolina de Dobrzynski ✨
3 min readOct 20, 2021

El segundo disco de Coghlan, proyecto solista de Eugenio García Carlés, que con una mano te empuja a la fiesta y con la otra te cubre los ojos.

Atravesado por lugares y momentos surtidos, Bossa Buenos Aires es un disco envuelto en sonidos eléctricos que han logrado emular sonidos propios de la naturaleza, sintetizadores que parecen aves, efectos que hacen oír a los lejos llegar el viento que pronto se siente alejarse, una sensación de por instantes estar oyendo todo desde abajo del agua. Una única condición: silenciar los pensamientos para mantenerse inmerso en un sin fin de rituales bailables en donde solo puede hablar la intuición del cuerpo electrificado de emociones compartidas.

Este nuevo lanzamiento, bajo el ala de Yolanda Discos y coproducido por Moreu, mantiene fielmente la esencia que el artista fundó desde su disco debut Bolero Midi (2017). La constante presencia de autotune, el uso recurrente de samples y una psicodelia que arrastra todo hacia el centro, el centro de un recuerdo o de lo imaginario en un presente despreocupado y sonriente.

Desde Pinamar hasta Montecarlo, en el recorrido espaciotemporal de Bossa Buenos Aires se viaja con pasos en el aire y con el cuerpo flotando, como propone Último Baile, la segunda canción del álbum que ciertamente conecta con la bossa que inspira el nombre del disco. Entre teclados punzantes que luego serán reemplazadas por cuerdas agudas y estridentes, corrientes de aire se lanzan inesperadamente para pronto ser absorbidas hacia algún nuevo lugar desconocido. Casi imperceptiblemente comienza UFO Point, una oda a la introspección. “Siempre buscas adentro. Te deja ciego de ver. Soltando todos los cables. Hasta que puedas ver” canta Eugenio sobre sonoridades circulares y sintetizadores ochenteros hasta ser interrumpido por lo que podría, por qué no, ser una conversación de aliens, que se pronuncian acelerados y agudos tomando el protagonismo del relato.

Coghlan comparte la autoría de Joven Guarda, la siguiente pieza del disco, con Juan Wauters, cantante y compositor solista montevideano, quien compartió escenarios con artistas desde Mac Demarco hasta Foxygen. Juntos han hecho de Joven Guarda un hechizo que hace al cuerpo moverse sosteniendo con firmeza la premisa bailable y liberadora de Bossa Buenos Aires. Lo que comienza con un cosquilleo rítmico y una melodía simple de piano termina en una desinhibición casi dionisíaca, una letra que describe gente contenta que con su cuerpo ignora lo que hace, desata algún lugar dentro de un sueño al calor del fuego contra la piel. Con Panchito Villa, músico solista desde el 2019 y sesionista de bandas como Gativideo, Coghlan ha creado Las Flores DM. Una canción que sacude las incertidumbres de los nuevos comienzos, describiendo el vértigo de un primer amor en bicicleta se antepone una voz que transpira ansiosa sobre un verano de revelaciones.

Una Buenos Aires cómplice se refleja sobre una porción de agua en la Reserva Ecológica Costanera Sur, fue retratada por Ariel Zelaznik en julio de 2019 para convertirse en el arte de tapa del disco. No hace falta entonces salirse de la ciudad para trasladarse al fondo de un llamado frenético, una emoción latente, a pasos flotantes, bailando a ciegas. ✨

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